miércoles, 20 de abril de 2011

10 cosas que hacen feliz al bebé

Observar a nuestro hijo y respetar lo que le agrada es una forma de alimentar nuestra relación y hacer feliz al pequeño. Estas son diez cosas que a los bebés les encantan.

1. Estar desnudo

Hay niños que solo necesitan quitarse la ropa y el pañal para calmarse. En los bebés existe una permanente conexión cuerpo-emoción y, a falta de palabras, su cuerpo expresa todas sus emociones. Por eso lo necesitan lo más libre de ataduras posible.
Desnudos, los pequeños se muestran más receptivos y expresivos. Además, las sensaciones no llegan igual con ropa que sin ella. Y puestos a explorar, cuantos menos intermediarios entre ellos y el mundo, mejor.

2. Estar arropadito

Le recuerda su estancia en el útero materno, cuando toda su piel estaba en contacto con esas paredes que le abrazaban y protegían. Las primeras semanas de vida muchos bebés se sienten muy a gustito cuando los envolvemos, les encanta estar recogidos y tener mucha zona de contacto. Poco a poco se sienten más seguros en su nuevo medio y empiezan a tomarle gusto a moverse con más libertad.

3. La piel de mamá

El abrazo de una madre es la mejor solución para casi cualquier problema. Muchos estudios demuestran que el contacto directo piel con piel entre la madre y el hijo equilibra la temperatura corporal del bebé, su ritmo cardiaco y le ayuda a liberar endorfinas y oxitocina, la hormona del amor. Y no solo le beneficia a él: nosotras liberamos las mismas hormonas.
El contacto con nuestra piel relaja el sistema nervioso del bebé (expuesto continuamente a estímulos) y favorece nuestra relación con él. Los dos nos sentimos cercanos y amados.

4. El ruido monótono

Los sonidos monótonos (el del motor, la lavadora o incluso el secador) recrean en muchos bebés los ruidos de nuestro cuerpo, con los que crecieron sus primeros nueve meses de vida intrauterina y les relaja. Son ruidos que, además, se presentan como amortiguados, igual que los que el pequeño escuchaba en nuestro vientre.

5. La música

  • La música es un estímulo para su aprendizaje: sus tonos graves y agudos estimulan las conexiones neuronales del bebé, reorganizan su cerebro y según el tipo (clásica, moderna...) le apoyan de una u otra manera.
  • Lossonidos armónicos, en los que predominan los tonos agudos, predisponen al bebé para el aprendizaje.
  • La melodía de tonos más graves (también puede ser clásica) le relaja. Nuestras mismas voces son música para él: más aguda la de mamá, más grave la de papá.

6. El olor de mamá

Muchos bebés con dificultades para dormir se relajan cuando ponemos en su cunita una prenda nuestra. El olor de sus padres es lo primero que capta el bebé al nacer. El olfato está ligado a la supervivencia, y reconocer nuestro olor al nacer es vital. Si no lo hace, ¡el bebé está perdido! Aún no ve bien, pero sin embargo sí nos puede reconocer por el olor. Nuestro regazo es uno de los lugares más confortables para el pequeño, se siente muy seguro con nuestro olor.

7. Un paseo por la calle

Muchos niños, cuando están en casa, requieren más atención que en la calle, lloran más... Y nosotros no lo entendemos porque no apreciamos la diferencia, pero no es lo mismo el aire en movimiento que el aire estancado de una casa. Los sonidos tampoco son los mismos, ni la paleta de olores. El oído y olfato de nuestro bebé están muy desarrollados al nacer y, a menos que sea hipersensible, no hay mejor lugar que la calle para entretenerse con decenas de nuevos olores, y esos maravillosos sonidos, que tanto gustan al bebé. Estar fuera de casa alimenta la parte más aventurera del pequeño.

8. Chuparlo todo

La boca es "el tercer ojo" del bebé: en esta etapa le ayuda a conocer el mundo que le rodea, incluso más que sus propios ojos. Al chupar, el niño reconoce los objetos por su sabor, textura, densidad, peso... Información que la simple mirada no puede aportar.
Los dos primeros años de vida la boca se comporta como un gran escáner que le permite generar, dentro de su cerebro, la imagen que hay fuera.

9. El balanceo

  • Es un movimiento monótono y rítmico que conecta con la seguridad y el equilibrio, en todos los sentidos.
  • Por un lado, el balanceo trabaja sus conexiones neuronales más profundas.
  • Por otro, los ritmos predecibles y monótonos conectan con la estabilidad del niño. El bebé se va confiando, y cuanto más conocida es la situación o el ritmo más se relaja, más endorfinas libera, más se adapta al entorno.

10. La voz de mamá

La voz de mamá es otro de esos elementos que lo son todo para nuestro bebé: contiene música, tonos altos que estimulan el aprendizaje y, sobre todo, la intención y el deseo de comunicarnos con él. Así lo percibe y, en cuanto es capaz de emitir gorgoritos, nuestro pequeñín nos los dedica todos.
Cada vez que le hablamos, el bebé registra numerosas emociones que son las que, un poco más adelante, le mueven a desear aprender a hablar. Comunicarse con nosotros es su principal pasión.

Fuente: ser padres

viernes, 15 de abril de 2011

LACTANCIA MATERNA --Obstrucción, mastitis y abseso--

Obstrucción mamaria

Se trata de la obstrucción de algún conducto.

¿Qué se siente?

Una obstrucción se siente como un bulto duro y doloroso en algún cuadrante de una mama.  La zona más habitual donde suele ocurrir es en el cuadrante superior que toca a la axila. Puede acompañarse de febrícula y malestar pero si el bulto no está caliente y rojo, y no hay fiebre mayor de 38. 5 º C, no es mastitis, es simplemente una obstrucción, y se puede tratar fácilmente.
Suelen aparecer por un defecto de drenaje de la leche. Por ejemplo si el bebé está mamando con mucha frecuencia y de repente mama mucho menos. Un momento en que puede suceder es cuando se introduce alimentación complementaria, si la disminución de la succión por parte del niño es importante.
Este es uno de los motivos por el que es mejor dar el pecho antes de la comida, y empezar por pocas cantidades.
 
¿Qué hacer?

Se suele solucionar fácilmente aplicando estos pasos:
  1. Antes de la toma aplicar calor local: Con esterilla eléctrica, secador de pelo, paños calientes y húmedos, la ducha,  todo vale mientras se caliente la zona.
  2. Masajear la zona durante unos tres minutos, con un cepillo de pelo de bebé o de dientes suave,  con movimientos redondos, y en dirección al pezón.
  3. Colocar el niño a mamar, de manera que la barbilla quede justo encima, o por lo menos en dirección a la obstrucción. Esto se hace por que la zona de pecho que queda mejor drenada es la que queda situada bajo la barbilla del bebé.Por ejemplo, si la obstrucción es en el cuadrante superior externo del pecho (tocando a la axila), la posición será en rugby (el niño por debajo del brazo, sus pies salen por detrás de la espalda, y su cabeza descansa sobre tu mano).
  4. Si te queda una mano libre, masajea la zona en redondo y hacia el pezón ,  mientras el niño mama.
No se sabe por qué mecanismo, pero se ha observado que la lecitina de soja ayuda a prevenir las obstrucciones de repetición. La lecitina de soja es un complemento dietético y ayuda a mantener normales las cifras de colesterol en sangre.  Será suficiente con tomar tres cucharaditas de café al día de este producto.
Procura que mame más veces y más rato de ese pecho, y ves cambiando de posición, normalmente en 24 horas más o menos habrá desaparecido, a menudo con que el niño mame dos veces en posición que facilite el drenaje, es suficiente.

Mastitis

¿Qué se siente?

Si de repente tuvieras temblores, fiebre más alta de 38´5º C (menos no se considera mastitis), malestar importante, sensación de debilidad, y una zona de un pecho  dura y redondeada,  muy caliente y roja, sería una mastitis. Al mismo tiempo la mastitis da como síntomas astenia y decaimiento importantes. La madre no se siente capaz ni de sostener su bebé en brazos.

Una mastitis es una obstrucción que se ha infectado. Normalmente ocurre en un solo pecho y en un solo cuadrante.
Existen otras manifestaciones de mastitis como sensación de quemazón, dolor intenso y pinchazos al amamantar sin llegar a tener fiebre. Tanto el primer tipo de mastitis que describimos al principio de este párrafo como el descrito ahora se deben a una alteración microbiana de la leche materna.
La leche humana contiene muchos tipos de bacterias conviviendo en armonía que forman parte de la inmunidad de la leche. En determinadas situaciones es posible que algunas cepas crezcan de manera excesiva y hagan desaparecer al resto. Esto puede causar una mastitis ya sea con cuadro típico de fiebre alta y zona roja caliente y dolorosa o  bien con cuadro de dolor intenso de pezones al amamantar sin fiebre. En este informe haremos referencia a la mastitis convencional con cuadro febril. Si quieres más información sobre otros tipos de mastitis consulta nuestro informe sobre dolor de pezones causado por una infección.

¿Qué hacer?

Seguir las mismas pautas que para la obstrucción y además:

Tu médico te recetará un antibiótico adecuado, compatible con la lactancia. Sigue el tratamiento hasta el final, aunque los síntomas desaparezcan en pocas horas, pues una mastitis mal curada puede acabar en un abceso. El médico te recetará también algún anti-inflamatorio, o antipirético para el dolor y la fiebre.

A pesar de ser una infección, tu leche no le hará ningún daño a tu hijo. Es muy importante seguir dando de mamar del pecho afectado, pues dejar de amamantar podría facilitar mucho que se desarrollara un abceso. Notarás que la retención de leche dispara la fiebre, por ello es importante mantener el pecho blandito. Puede ser de ayuda un sacaleches si después de amamantar el pecho todavía está duro.

Cuando hay una mastitis la leche se vuelve algo salada en el pecho afecto y algunos bebés lo rechazan. En ese caso es importante drenar con un sacaleches.

Es importante hacer reposo durante unos días, y para ello será necesario tener el apoyo de la familia. A menudo, detrás de  una mastitis,  hay un fuerte agotamiento de la mamá, o quizás  fuertes tensiones familiares, y tener una mastitis es una manera que tiene nuestro cuerpo de llamarnos la atención,   y de hacer que miremos un poquito  por nosotras .

Abceso mamario

Tras una mastitis mal curada la zona roja caliente y dolorosa que había en el pecho se muestra dura externamente, pero fluctuante a la palpación, con la piel muy roja tensa y brillante. Es frecuente que ya no hay fiebre o solo febrícula  y la madre se sienta algo mejor de estado general, pero el dolor es mayor.

La ecografía puede resultar útil en el diagnostico y tratamiento del abceso mamario. Es posible puncionar  con aguja guiada por ecografía y  colocar un cateter de drenaje con buen resultado. Aunque la actuación actual más frecuente es abrir y drenar en quirófano bajo anestesia general dejando un drenaje que se va retirando poco a poco manteniéndose durante varios días.

Sigue siendo importante que el niño mame, porque si se retiene leche empeora el cuadro.  Para ayudar puedes pedir que en lo posible la incisión esté lo más alejada posible del pezón y la areola.

Varias madres que han venido a nuestros grupos han seguido amamantando tras tener y superar un abceso mamario.

Fuente: ALBA

miércoles, 13 de abril de 2011

viernes, 8 de abril de 2011

Porque llora mi bebé? Laura Gutman

Hoy les dejo dos videos de Laura Gutman, es un programa piloto que realizó para la televisión Argentina, de momento no se ha concretado..Esperamos que se realice pronto ya que programas con este tipo de información no existen hoy en día .

Espero que les guste y les sea útil.





viernes, 1 de abril de 2011

Separaciones Tempranas

La necesidad básica primordial de todo niño humano, es el contacto corporal y emocional permanente con otro ser humano. No es más complicado que “eso”. Sin embargo, algo que debería ser sencillo y espontáneo, lo hemos convertido en un problema. Casi todos apuntamos a que el niño pequeño “no nos moleste”. Es extraño. Ninguna otra especie de mamíferos pretendería algo tan insólito de su propia cría. Pero para los humanos es común determinar que lo mejor es “dejarlo llorar”, “que no se mal acostumbre” o “que no se vuelva caprichoso”. Y nos resulta totalmente habitual que el cuerpo del niño esté separado: Solo en su cuna. Solo en su cochecito. Solo en su sillita.

Apenas nace, suponemos que debería dormir solo. Crece un poco, y ya opinamos que es grande para pedir brazos o mimos. Y si crece un poco más, es grande para quedarse en casa. Luego es grande para llorar. Después es grande para no quedarse en una fiesta de cumpleaños. Y por supuesto, siempre es grande para hacerse pis, o para tener miedo de los mosquitos o para no querer ir a la escuela. Si todo lo que necesitaba desde el momento de su nacimiento fue contacto y no lo obtuvo, sabe que su destino es quedarse solo. La necesidad de contacto no desaparece al no obtenerla, entonces su mejor opción será cambiar el modelo de llamada hacia un sistema más “escuchable” para el adulto y posiblemente más molesto. Generalmente el niño enferma. Casi todos los niños están enfermos de soledad. Pero los adultos no reconocemos en la enfermedad del niño, la necesidad desplazada de contacto y presencia.
Ahora bien, si cada uno de nosotros tuviésemos la valentía de recordar y sentir el dolor sufrido a causa de los métodos de crianza y educación que hemos padecido, y si pudiésemos ponernos las manos sobre el corazón y recordar las vejaciones, humillaciones y desamparos que hemos sufrido siendo niños, comprenderemos que todo esto se trata de una revancha. Descargamos la impaciencia, la incomprensión, la desdicha y el odio del que fuimos víctimas. Ahora pretendemos salvarnos y no tocar al niño, porque tocar nos duele. Nos duele el cuerpo rígido por falta de amor, nos duele la moral, nos duele el alma. ¿Estamos dispuestos a hacer algo por las futuras generaciones? Entonces resolvamos nuestro dolor infantil y pongamos nuestro cuerpo a disposición de quienes son niños hoy.

Laura Gutman


Fuente: criar y amar
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