miércoles, 30 de marzo de 2011

No es lo mismo parir que PARIR

Esta vez les dejo un video un poco fuerte, pero creo que las imágenes hablan por si solas de la diferencia que hay entre un parto hospitalario y uno hecho en casa...

Espero que les guste.

Aviso, no apto para impresionables!

jueves, 17 de marzo de 2011

Lactancia materna y sexualidad



Para  entender el cambio tan grande que supone el parto en la vida sexual de una mujer, conviene tener en cuenta lo que ocurre durante la gestación.

La sexualidad durante el embarazo:

Durante la gestación no existe peligro alguno por mantener una vida sexual activa, excepto en el caso de que la gestante sufra hemorragias o que haya roto la bolsa de las aguas.
El importante aumento de estrógenos y progesterona que se produce durante el embarazo hace que zonas erógenas como los genitales externos y los pechos estén mucho más irrigadas e inervadas y que su tamaño aumente, lo que conduce a un incremento importante de la sensibilidad. Por lo general, se produce un aumento de la libido (deseo sexual) y una mayor facilidad para alcanzar el orgasmo.
Cuando una mujer embarazada se excita, aumenta el volumen de sangre con oxígeno que llega a toda la pelvis. Ello se traduce en una “merienda” extra para el bebé intrauterino, al que también le llegarán buenas sensaciones transmitidas por sustancias químicas transmisoras de placer y endorfinas.
Tener una vida sexual activa durante el embarazo también ayuda a que el cérvix esté más maduro, blando y entreabierto para el parto.
Pero no sólo de hormonas vive la libido, y los expertos coinciden en que el cerebro es el máximo creador o destructor de deseo sexual.
Ello puede explicar que algunas mujeres sufran precisamente un descenso de libido durante el embarazo aunque físicamente todo esté preparado para lo contrario.
En general, aquellas mujeres que viven los cambios en su cuerpo con alegría, que se ven guapas y radiantes en el espejo, suelen tener también una vida sexual más activa durante su gestación. En cambio, aquellas mujeres que no se gustan embarazadas y se ven a si mismas como deformes no viven bien su sexualidad en el embarazo.
Las reacciones de los hombres también son diferentes: a algunos, tanta curva y redondez les dispara la libido. A otros, en cambio, el miedo a dañar a su mujer o al bebé les puede y notan un descenso en su deseo sexual.

Todo cambia cuando nace el bebé:

Pero todo cambia en el posparto, cuando la libido baja hasta cotas insospechadas en la mayoría de mujeres. De hecho, ninguna hembra mamífera se pone en celo durante la lactancia; sus pretendientes lo perciben por el olor y ni se acercan. Las únicas especies mamíferas que mantienen relaciones sexuales durante el periodo de lactancia son los humanos y los canguros. En realidad, este descenso del interés sexual por parte de la hembra es una ventaja evolutiva, una reacción que la naturaleza ha desarrollado para preservar el interés de la madre por su cría recién nacida.

Causas hormonales:

La causa más importante es hormonal. De tener cifras astronómicas de estrógenos y progesterona segregadas por la placenta, tras el alumbramiento nos quedamos a cero de esas hormonas. En cambio, segregamos prolactina, que es una hormona antagonista de las que hacen tener libido y ser fértil: estrógenos, progesterona y testosterona.
La mujer que amamanta, durante los primeros 6 meses está  hormonalmente en una situación parecida a la menopausia. Por eso aparecen signos comunes a la misma, como sequedad vaginal y sofocos de calor.

Causas físicas  y la influencia del parto:

Al factor hormonal se suman otros, como el sueño y el cansancio que suelen tener todas las mujeres ―y también los hombres― que están criando a un bebé.
Cuesta mucho encontrar un momento para las relaciones sexuales, y cuando éste aparece es muy posible que el bebé lo interrumpa con su llanto.
El parto tiene una influencia muy grande en la sexualidad de una mujer. Dar a luz es un suceso muy impactante e intenso. Después de haber tenido sensaciones tan fuertes e intensas en la vagina durante el nacimiento, después de haber sentido en muchos casos un dolor importante durante días o semanas en ella debido a una episiotomía, por ejemplo, es difícil cambiar el “chip” y empezar a pensar que ahora tenemos que sentir placer por esa misma vía.
A menudo, la episiotomía causa dispaurenia (relación sexual dolorosa) a largo plazo.
En estas situaciones, es mejor postponer las relaciones sexuales con penetración. Se puede practicar el sexo sin penetración de forma muy variada, y las caricias cobran especial importancia en esta etapa. Usar un lubricante o aceite vegetal para combatir la sequedad vaginal, tener paciencia, cariño y respeto es lo mejor.
Aquellas mujeres que han tenido un parto natural, poco intervenido y  sin traumatismos vaginales posiblemente no tengan problema alguno para reiniciar relaciones sexuales, y también es posible que su libido no baje tanto. 
En todo caso, aunque se siga dando el pecho, alrededor de los 6 meses la prolactina ya no alcanza valores tan altos como en el posparto inmediato, pues la producción de leche deja de ser un fenómeno endocrino (controlado por las hormonas) y se mantiene gracias a la succión y vaciado frecuente de los pechos. Los niveles basales de estrógenos, progesterona y testosterona vuelven a subir, y también la libido empieza a recuperarse.

¿Y la parte emocional?

Después del parto, la madre ha creado un vínculo intenso con el bebé, las endorfinas segregadas a raudales durante el parto han creado una especie de nube de amor en la cual sólo entran el recién nacido y la madre. Casi toda la energía sexual y afectiva de ésta se dirigen hacia el recién nacido en una relación perfecta de amor mutuo.
En el posparto, la mayoría de madres necesita el amor, afectividad y protección por parte de su pareja. Quieren abrazos y palabras de cariño, pero no les apetece practicar el sexo. El padre puede malinterpretar la demanda de cariño con demanda de sexo, y sentirse mal al ser rechazado. La madre puede intentar solucionarlo evitando el contacto físico y no demandando más cariño. El padre puede reaccionar pensando que la culpa es del bebé, pues desde que nació su mujer ya no es la misma, se ha vuelto distante y el bebé la tiene totalmente absorbida. 
En estos casos, el posparto se convierte en una auténtica prueba de fuego para la pareja. 
Para superarla, es crucial la comunicación. Él debe saber que existen unos factores físicos y emocionales importantes que hacen que su mujer no sienta deseo sexual, pero que le sigue amando y necesitando más que nunca. Y ella debe saber que él quizás se siente solo y excluido de la nube de amor, quiere ayudar y no sabe cómo hacerlo. El padre puede abrazar y dar cariño sin esperar sexo a cambio, y muy posiblemente ello conduzca a mejorar la relación, y por tanto a aumentar el deseo sexual de su mujer.
También es frecuente que las madres lactantes rechacen la estimulación de los pechos durante la relación sexual, es como si quisieran reservarlos sólo para su bebé.
Debido a la oxitocina que la madre segrega durante el orgasmo, algunas mujeres pueden tener un reflejo de eyección con salida de leche. 

¿Es normal sentir placer sexual mientras se da el pecho?

Algunas mujeres experimentan placer mientras dan el pecho a sus hijos, lo que puede generarles un gran desconcierto e incluso sentimientos de culpa. El tabú del incesto es muy fuerte, y cualquier sensación sexual directamente relacionada con los hijos se interpreta por lo general como algo que debe reprimirse. Pero no hay que perder de vista que la lactancia, al igual que el embarazo, forma parte del ciclo sexual y reproductivo de las mujeres, y el baile hormonal que se produce cuando el bebé succiona el pezón de su madre bien puede desencadenar sensaciones de placer físico. No es de extrañar que así sea. Al fin y al cabo, la naturaleza siempre se ha asegurado de que todas aquellas actividades que son imprescindibles para el mantenimiento de la vida (comer, reproducirnos, dormir) nos resulten sumamente placenteras. La lactancia no es una excepción, y en condiciones normales amamantar es una experiencia muy agradable para ambos, madre e hijo. Algunas mujeres, además, pueden llegar a experimentar sensaciones más intensas e incluso excitación sexual. Saber que es algo perfectamente normal, aunque no demasiado frecuente, puede ayudar a que disfruten de esos momentos sin temor. 

En la edad Media era peor….

En la edad media se consideraba impuro mantener relaciones sexuales con una madre lactante, puesto que se pensaba que el semen podía contaminar la leche. Por ello, los maridos de las clases pudientes pagaban una nodriza. De ese modo, podían tener acceso carnal a su mujer a las pocas semanas del parto y éstas tenían a menudo un hijo cada año durante toda su vida.reproductiva.

Fuente: ALBA

jueves, 10 de marzo de 2011

El bebé sabe como prenderse al pecho

Queridas mamis, hoy les dejo un video explicativo muy interesante sobre el agarre al pecho... 

Espero que les sea útil


Gracias a Mar por la Info!!

martes, 8 de marzo de 2011

Desarrollo del feto durante el embarazo

A medida que el feto se desarrolla también se irá preparando para el momento de nacer. Su cuerpo habrá aumentado considerablemente, por lo que ya no disfrutará de tanto espacio para moverse.
Alrededor de la semana 28 a 30 la mayoría de los bebés se giran para permanecer boca abajo hasta el parto. Pero las opciones son muchas. Y si es pequeño y todavía tiene espacio para moverse puede cambiar varias veces de posición antes de colocarse de forma definitiva.
La posición de la cabeza se describe según el ángulo en el que se encuentre el hueso occipital del bebé (la parte posterior de la cabeza; es decir, la coronilla): anterior significa que está hacia delante; posterior que está hacia atrás.
Las abreviaturas técnicas describen la posición del occipucio en relación con la madre: «D» si es derecha, «I» si es izquierda; «A» si es anterior, «P» si es posterior.
Es posible reconocer cómo está situado tu pequeño. Si está en posición cefálica (con la cabeza hacia abajo) podrás sentir sus movimientos, las llamadas pataditas, en la parte superior del útero. Si está en posición podálica o de nalgas (con la cabeza hacia arriba) tal vez notes sus movimientos bajo las costillas.

También son indicadores de que el futuro bebé está bien encajado en la pelvis ciertas sensaciones como una mayor necesidad de orinar (la cabeza del feto hacia abajo presiona más la vejiga) o si ves que puedes hacer respiraciones profundas sin dificultad porque al estar colocado hacia abajo el diafragma tiene más espacio.

Presentación occipito anterior


Es la presentación de la mayoría de los bebés, con la cabeza hacia abajo y la columna vertebral hacia la pared abdominal de la madre, ligeramente inclinada hacia la derecha o hacia la izquierda. Las extremidades están junto a la espalda. Cuando se encaja la cabeza el bebé se encuentra de cara a la columna vertebral de la madre. Esta posición ayuda al bebé a pasar por el canal del parto presentación occipito anterior derecho presentación occipito anterior izquierdo .

Presentación occipito posterior

El bebé se encuentra de cara a la placenta. Normalmente, implica que estará con la cabeza hacia abajo, la columna vertebral al lado de la columna de la madre y las extremidades hacia su pared abdominal. Esto implica que no estará en una postura flexible para adaptarse a la curva del canal de parto. Cuando se encaja la cabeza el hueso occipital apunta hacia la espalda. Esta posición puede deberse al tamaño 0 forma de la salida de la pelvis. Las contracciones serán de espalda y el parto puede prolongarse.

Presentación podálica o de nalgas
El bebé puede tener sus pies colocados sobre el cérvix (aunque es poco frecuente) o tener las nalgas sobre el cérvix y las piernas flexionadas (presentación de nalgas). Se da en un 3 por ciento de los embarazos aproximadamente. Hay algunos ejercicios que se pueden hacer para conseguir que el bebé se dé la vuelta y se coloque cabeza abajo. En caso de que no gire ¿habrá que practicar una cesárea?
En la mayoría de los hospitales y clínicas seguramente habrá esa tendencia sobre todo si se trata de una mamá primeriza. No obstante, es bueno estar informada porque hay posibilidades de tener al bebé con un parto natural.

Presentación atravesada
Suele darse en muy pocas ocasiones y es más probable en mujeres que ya han parido varias veces. Si no se consigue girar al bebé se tiene que recurrir a la cesárea.

Feliz día internacional de la MUJER!

Hoy con motivo de este día quiero compartir con vosotras una canción muy especial.
Que la disfruten!


viernes, 4 de marzo de 2011

Vacunas ¿SI o NO?

Para aquellos que viven en España y se lo perdieron y para los que viven en otras partes del mundo y tampoco lo vieron,  les dejo  un documental muy interesante que pasaron por televisión española sobre las vacunas.
Que lo disfruten!









jueves, 3 de marzo de 2011

El hierro y los bebés

Para la formación de la sangre es esencial el hierro, si se tuviera insuficiencia de este mineral se produce la anemia. Al nacer, los bebés cuentan con reservas acumuladas de hierro provenientes de sus madres, luego del nacimiento reciben hierro de la leche que ingieren y a partir de los 6 meses lo reciben también de los alimentos sólidos.
Las reservas de hierro son utilizadas por el bebé durante los primeros meses en los cuales se alimentan exclusivamente con leche; posteriormente, coincidiendo con la introducción de sólidos en su alimentación, también lo obtendrán de los alimentos sólidos para continuar incrementando su volumen de sangre y afrontar su rápido crecimiento. Son raros los casos de bebés que nacen con anemia siendo su causa la incompatibilidad sanguínea con la madre o por alguna enfermedad heredada.
Entre los 6 y 9 meses de vida las reservas de hierro del bebé se agotan y si no reciben este mineral de los alimentos que ingieren suelen presentar anemia.Por este motivo es fundamental que en su alimentación complementaria se incluyan alimentos ricos en hierro.

BEBES CON MAS PROBABILIDAD DE SUFRIR ANEMIA
  • Bebés que no pueden sostener el nivel de hierro adecuado hasta comenzar a recibir la alimentación complementaria de sólidos.
  • Bebés con bajas reservas de hierro: bebés de madres vegetarianas que no recibieron suplementos vitamínicos (hierro, ácido fólico, vitamina B12, etc.), bebés prematuros al estar menor tiempo siendo alimentados por la placenta de la madre.
  • Bebés de familias de pocos recursos también tienen más probabilidad de sufrir de anemia, debido a la mala alimentación tanto del bebé como de la madre que produjo sus reservas y que les proporciona el hierro por medio de la leche materna.
  • Bebés que se alimentan con leche de vaca desde temprana edad pueden adquirir anemia por infestación de parásitos.
  • Niños que presentan problemas metabólicos o intestinales.
Fuente: web del bebe

miércoles, 2 de marzo de 2011

Suplementar el pecho con leche extraída u otra

Una madre puede tener razones diversas para decidir dar a su hijo leche materna extraída. Las más habituales pueden ser:
  • En caso de separación madre - bebé, al no poder amamantarlo directamente o solo en algunas ocasiones, como puede ser el caso de bebes ingresados en el hospital por enfermedad, prematuridad o bajo peso.
  • Si el bebé succiona con debilidad o de forma ineficaz y no es capaz de alimentarse por sí mismo de forma adecuada.
  • Si el bebé es incapaz de agarrar el pecho o lo rechaza.
  • Si el bebé está muy dormido y tiene poco interés por alimentarse.
  • Si el bebé ha perdido más peso del habitual tras el parto o le cuesta recuperarlo.
  • Si se ha dejado de amamantar o se han introducido otros suplementos en la dieta del niño y se quiere volver a la lactancia materna exclusiva (relactar).
  • Si se quiere inducir una lactancia.
  • Para conciliar la vida familiar y laboral.
  • Por motivos personales, como puede ser, por ejemplo, que la madre tenga que realizar alguna gestión o salir a cenar con la pareja y prefiera no llevarse al niño.
Cómo dar al bebé la leche materna extraída
Aunque el objetivo de este dossier es comentar las distintas opciones disponibles para dar a un bebé suplementos de leche materna extraída, las técnicas a utilizar son igualmente aplicables a cualquier otro tipo de suplemento que tenga que darse por causas médicas u otras.
Pero si es posible, para suplementar siempre es recomendable considerar como primera opción  la propia leche de la madre porque de este modo se facilita la estimulación del pecho y la producción de leche.
El uso de biberones
En nuestra cultura, los biberones son unos utensilios hacia los que existe una predisposición bastante generalizada a su uso y consumo, hasta el punto de que puede parecer que es imposible criar a un hijo sin utilizarlos. Sin embargo tienen muchos inconvenientes que los convierten en los menos recomendables para utilizar, especialmente en el caso de madres lactantes.
Tanto OMS como UNICEF desaconsejan su uso general por diversas razones, entre las que destacan el hecho de que el biberón facilita la contaminación bacteriana, da una falsa impresión a los padres se seguridad alimentaria, es antiecológico y puede ser factor de riesgo para diversas enfermedades de los niños (infecciones de las vías respiratorias, morbidad por déficit de atención, caries, estrés, etc.). Todos estos inconvenientes son referidos al uso del biberón en sí mismo, independientemente de su contenido.
En el caso de la lactancia materna existe, además, gran cantidad de evidencia científica que demuestra que el uso del biberón representa otros inconvenientes añadidos:
  • Provoca lactancias mas breves.
Especialmente si se introduce de forma muy temprana. Cuanto más pequeño es el bebé al que se dan suplementos con biberón, más fácil es que surjan problemas que lleven al abandono de la lactancia materna.
  • Provoca el “Síndrome de Confusión de Pezón”.
La succión del pecho y del biberón es distinta y muchos bebés pueden confundirse y pretender mamar del pecho colocando labios y lengua como si se tratara de un biberón, lo que puede ocasionar lesiones en el pezón, tomas ineficaces y rechazo del pecho. Es habitual ver que estos bebés empiezan “a pelearse con la teta” hasta rechazarla definitivamente. Cuanto más prolongado es el uso del biberón mayor es el riesgo de confusión.
  • Provoca pérdida de confianza por parte de los padres.
Está documentado que muchas familias adquieren una creciente relación de dependencia del biberón y pueden sentir mucho temor a dejar de usarlo. La madre, especialmente, puede empezar a padecer ansiedad sobre la cantidad y calidad de su leche y una menor confianza en sí misma y en su capacidad de amamantar.
Es cierto que estas situaciones no tienen porque darse en todos los casos, pero su incidencia es lo suficientemente alta como para recomendar mucha prudencia en el uso de biberones, ya que es imposible prever lo que va a suceder. Como se suele decir, es mejor “prevenir que curar”.
De todas formas, eliminando su uso y con información y apoyo adecuados, se puede volver a establecer la lactancia materna en el supuesto de que haya surgido alguno de estos problemas (Ver enlace sobre Como Relactar o Inducir una Lactancia).
Si no hay  más remedio que suplementar con biberón. Si no hay otro método y hay que dar la leche al bebé por esta opción siempre es mejor utilizar el Método Kassing.

Este método recrea las condiciones  más parecidas al pecho, en cuanto a esfuerzo, estimulación y enganche se refiere. Ayuda a preparar al bebé para  la   vuelta al pecho.
Nos hace falta:
  • Una tetina base estrecha.
  • Que la tetina sea larga  (18 mm- 2cm): para estimular punto “S”  se encuentra entre el paladar blando y el duro.
  • Que la tetina sea blanda, así es  más  parecida al pezón.
  • Que sea de las clásicas, es decir,  de las redondas por todos los lados. Evitar las anatómicas puesto que no crean  una succión más fisiológica.
  • El niño debe estar sentado, en un ángulo de  90º No recostarlo imitando las posturas al pecho.
  • Hay que dar el biberón lo más horizontal posible para evitar gravedad y crear así un flujo más lento de leche que el bebé pueda regular.
  • Estimular el  reflejo de  búsqueda tocando las mejillas, los  labios la nariz y meter tetina entera cuando esté la boca bien abierta.
  • Es el niño el que controla la  velocidad y cantidad que desea tomar.
  • Dejar que haga 5-6 succiones y sacar de la boca como  el tapón de una botella de cava.
  • Iniciar de nuevo el proceso estimulando el reflejo de búsqueda, repetir hasta que el niño  se duerma o no quiera más leche.
Otras técnicas de alimentación 
Existen distintas técnicas para dar suplementos a los niños evitando usar biberones, todas ellas compatibles con la lactancia materna y sin riesgo de provocar confusión en la succión de los bebes y otros posibles problemas.
La elección de uno u otro método dependerá de las circunstancias y de las preferencias tanto de la madre como del niño.
No es lo mismo dar un suplemento ocasional o por un periodo corto de tiempo que por periodos más prolongados. Ni que lo haga la madre, el padre, otro miembro de la familia o alguien de fuera, como un profesional de la salud o la empleada de una guardería. 
La razón detrás de la decisión de suplementar también puede marcar las diferencias. No es lo mismo si la madre simplemente tiene que salir o volver a trabajar, que si se trata de alimentar a un bebe prematuro, adoptado o con problemas de succión.
Además, del mismo modo que una persona se puede sentir más cómoda utilizando un método u otro, los niños también pueden tener sus preferencias al respecto que, además, pueden variar con la edad. No es lo mismo dar suplementos a un recién nacido que a un bebé más mayorcito.
Por tanto, es importante conocer los distintos métodos para poder elegir el que mejor se adapte a cada caso.
Como recomendación general (salvo en el caso del relactador), al administrar cualquier suplemento a un niño, es conveniente que no esté reclinado sino incorporado, sentado en posición vertical o semivertical.
En la gran mayoría de casos, no es necesario esterilizar los recipientes, sino que basta con lavarlos bien con agua caliente y jabón.
También es importante evitar la técnica incorrecta de verter la leche dentro de la boca del niño en vez de dejar que éste la sorba o la beba a lengüetadas.
  • Recipientes tradicionales
En Europa, Asia y África se emplean recipientes especiales para alimentar a los lactantes. Los más recomendables son los que no tienen ni picos ni tapas, ya que se pueden limpiar sin dificultad. Un ejemplo admirable de recipiente de esa índole es el paladai, un receptáculo acanalado que se usa hace tiempo en la India.
Actualmente ya es posible encontrar comercializados paladais específicamente diseñados para la alimentación de bebés. Se usan sobretodo en el caso de bebés prematuros o de bajo peso.
  • Alimentación con cuchara o recipientes-cuchara
La alimentación con cuchara puede resultar útil como práctica transitoria para que los padres aprendan a dar leche a sus hijos en cantidades pequeñas. También para bebés mayorcitos que pronto van a iniciar la introducción de la alimentación complementaria. 
Sin embargo, la alimentación con cuchara es un proceso lento, y existe el peligro de que las personas a cargo de la alimentación de los niños se impacienten  y que los niños escupan la leche por falta de coordinación o por mala técnica del adulto.
Una alternativa mucho más eficaz es uso de recipientes-cuchara. Se trata de un cilindro, donde se introduce la leche extraída, que incluye una válvula y un reservorio de silicona con el borde contorneado para poder ser utilizado aún en las bocas más pequeñas y que actúa a modo de “cuchara”.
Por la facilidad de su uso y su parecido al biberón suele ser una buena alternativa, especialmente si la persona que alimenta al niño es una abuela o alguien de fuera reacia a utilizar otros métodos que perciba como más “raros”.
  • Alimentación con taza o vaso
La alimentación con taza o vaso ordinario resulta conveniente tanto para los niños prematuros como para los nacidos a término. En muchos casos, los bebés pueden ser alimentados directamente con taza cuando llegan a la edad de 30 semanas de gestación. 
Aunque las tazas o vasos de menor diámetro pueden reducir el peligro de derrames, en muchos sitios se utilizan las tazas de té ordinarias. Se trata de utensilios que se consiguen fácilmente y a bajo costo, y además en prácticamente todos los hogares hay alguna taza, vaso o copa, o un cuenco de superficie lisa, que puede utilizarse para alimentar a los lactantes.
También se pueden adquirir vasos comercializados específicamente para la alimentación de los bebés.
Para usarlos conviene apoyar la taza o vaso sobre los labios del bebé, de forma ligeramente inclinada de modo que la leche apenas alcance a tocar sus labios mientras la taza o vaso descansa apoyado sobre su labio inferior con los bordes tocando la parte externa de su labio superior.
Los bebes con bajo peso suelen llevar la leche a su boca con la lengua, mientras que los bebés a término o mayores la succionan.
  • Alimentación con jeringa y técnica del dedo-jeringa
Para bebés prematuros o de pocas semanas, alimentarlos con jeringa puede ser una muy buena alternativa. En estos casos conviene encontrar una jeringa que se pueda manejar con comodidad con una sola mano y que a la vez tenga la mayor capacidad posible para evitar rellenarla demasiadas veces.
Se puede hacer utilizando únicamente la jeringa y vertiendo la leche sobre la lengua del bebé para que éste la vaya ingiriendo, nunca hay que introducir la jeringa dentro de la boca ni verter allí su contenido. Si la cantidad a suplementar es poca también se puede hacer con un cuentagotas.
Algunas madres han comentado que por este sistema se les derrama leche fuera de la boca del bebé, para evitarlo es muy útil utilizar la técnica del dedo-jeringa.
Consiste en introducir dentro de la boca del niño un dedo limpio de forma que se haga una ligera palanca, apoyando el dedo en la zona alveolar superior y desplazando la mandíbula inferior hacia abajo. Conviene verificar que la posición de labios y lengua sea la correcta. Habitualmente el niño empezará a “mamar” del dedo en posición correcta, colocará la lengua debajo del dedo y lo succionará haciendo presión hacia arriba, con los labios bien evertidos.
A continuación, con la otra mano se apoya la punta de la jeringa sobre el labio inferior del niño, en el hueco entre el dedo y la comisura de la boca, y lentamente se va vertiendo la leche, apuntando la jeringa ligeramente hacia abajo, de modo que el niño se la va comiendo mientras sigue succionando el dedo.
Al introducir el dedo es importante no sobrepasar nunca el primer tercio de la lengua.
Este sistema de alimentación es muy rápido y eficaz. Está especialmente indicado en el caso de bebés que hayan desarrollado el “Síndrome de Confusión de Pezón” ya que el uso del dedo sirve asimismo para realizar un ejercicio de fisioterapia de la succión, controlando la correcta posición de labios y lengua, manteniendo su boca abierta y enseñando al bebé la forma correcta de succionar. 
Un posible inconveniente es que, para realizarla, se necesitan las dos manos por lo que es imposible hacerlo y sujetar al bebé al mismo tiempo. O bien se hace entre dos personas, una que sujeta al niño y otra que lo alimenta, o bien hay que apoyar previamente al bebé sobre una superficie inclinada (sobre cojines, gandulita, etc.), con todo su cuerpo bien apoyado y seguro.
  • Alimentación con relactador
El relactador consiste en un recipiente que la madre se cuelga alrededor del cuello y del cual, a través de una válvula, salen dos sondas que se adhieren a cada seno llegando la punta de cada sonda al extremo de cada pezón. Los tubos son pequeños y suaves y pasan desapercibidos por el bebé.
Está especialmente indicado en el caso de procesos de relactación o de inducción de la lactancia. También sirven para animar a bebés reacios a succionar, para que se prendan del pecho, ya que con relactador el  alimento fluye más rápidamente y en mayor cantidad que si únicamente mamaran.
Puesto que el bebe toma la leche del relactador al mismo tiempo que mama, se consigue estimular la producción de leche de la madre y se evitan problemas de confusión de succión. 
Las sondas pueden tener distintos diámetros, por lo que la leche fluye en mayor o menor cantidad según convenga. A menudo se empieza por la más amplia y, a medida que se va relactando, se van utilizando sondas cada vez más estrechas, para que el bebé cada vez tenga que hacer un mayor esfuerzo para alimentarse.
A no ser que se suplemente por este sistema a dos bebés a la vez, habrá que pinzar una de las sondas mientras se utiliza la otra, para que no se derrame la leche.
Conviene limpiar el recipiente y, sobretodo las sondas, inmediatamente después de utilizarlas, ya que si la leche llega a secarse dentro, puede ser un problema eliminarla.
Algunas madres han comentado que el relactador les permitía ahorrar tiempo, al poder amamantar y suplementar a la vez. Otras comentan que las tomas son muy largas, especialmente al principio de la relactación, y también que no siempre es fácil ni rápido “cogerle el truqui” al manejo del relactador, aunque también es cierto que se mejora con la práctica.
También hay bebés que se enganchan al sistema de los relactadores  y aprenden a utilizar las  sondas como pajitas y obtienen así un flujo de leche constante. Si se observa que el bebé hace esto, hay que ir interrumpiendo el flujo de leche (pinzando la sonda) para que el bebé  no se acostumbre y succione de manera correcta.


Fuente: alba

martes, 1 de marzo de 2011

Su majestad la leche de vaca (Laura Gutman)





Hoy quiero dejaros un artículo de Laura Gutman sobre la leche de vaca, hay mucha información al respecto asique prometo ir subiendo más artículos.


La leche es una secreción glandular presente en todos los mamíferos. En la naturaleza hay cerca de 5000 especies, y los humanos somos sólo una de ellas. La leche sirve para alimentar a la cría hasta que esté en condiciones de alimentarse con autonomía. Ninguna otra especie continúa con el consumo de leche después del período de lactancia. Cuando crecemos, los mamíferos perdemos las enzimas que permiten la digestión de la leche, porque sencillamente no las vamos a necesitar más. Sin embargo los seres humanos ignoramos esa ley natural.


Tengamos en cuenta que cada leche es específica, es decir, que tiene una fórmula especial para cada especie y varía considerablemente entre una y otra. Tanto la leche de vaca, como la de oveja, la de ballena, la de elefanta, la de morsa o la de perra son diferentes entre sí, y difieren obviamente de la humana. La leche de vaca sirve para criar terneros, un animal grande con cuatro estómagos que llegará a pesar 300 kilos. La leche humana en cambio privilegia el desarrollo de la inteligencia.

Es importante que sepamos que la “leche de fórmula” -como la llamamos hoy en día- es leche de vaca modificada para adaptarla a los requerimientos del bebé humano. Pero no es un invento químico, como muchas madres creemos.


¿Cuál es el efecto nocivo más fácil de detectar en el organismo humano? El moco. La principal responsable es la caseína, una proteína abundante en la leche de vaca. El moco es la reacción saludable del organismo contra una proteína que no puede incorporar. Por lo tanto, en la medida que incorporamos leche o lácteos, el organismo segrega moco. El resfrío común deriva en dolor de garganta, luego en rinitis, sinusitis, bronquitis, otitis, neumonía, y en todas las infecciones respiratorias con las que conviven los niños durante la infancia.


A pesar de esta abrumadora realidad, los adultos no podemos creer que la leche, la bendita y maravillosa leche, se nos vuelva en contra. Preferimos apegarnos a nuestras creencias en lugar de hacer caso a la sabiduría innata del organismo de nuestros hijos.


¡Todos nuestros niños están repletos de mocos y no estamos dispuestos a relacionarlo con la ingesta de leche! Parece que el miedo al cambio es más fuerte que el acceso a la verdad.

Fuente: Laura Gutman
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