martes, 1 de marzo de 2011

Su majestad la leche de vaca (Laura Gutman)





Hoy quiero dejaros un artículo de Laura Gutman sobre la leche de vaca, hay mucha información al respecto asique prometo ir subiendo más artículos.


La leche es una secreción glandular presente en todos los mamíferos. En la naturaleza hay cerca de 5000 especies, y los humanos somos sólo una de ellas. La leche sirve para alimentar a la cría hasta que esté en condiciones de alimentarse con autonomía. Ninguna otra especie continúa con el consumo de leche después del período de lactancia. Cuando crecemos, los mamíferos perdemos las enzimas que permiten la digestión de la leche, porque sencillamente no las vamos a necesitar más. Sin embargo los seres humanos ignoramos esa ley natural.


Tengamos en cuenta que cada leche es específica, es decir, que tiene una fórmula especial para cada especie y varía considerablemente entre una y otra. Tanto la leche de vaca, como la de oveja, la de ballena, la de elefanta, la de morsa o la de perra son diferentes entre sí, y difieren obviamente de la humana. La leche de vaca sirve para criar terneros, un animal grande con cuatro estómagos que llegará a pesar 300 kilos. La leche humana en cambio privilegia el desarrollo de la inteligencia.

Es importante que sepamos que la “leche de fórmula” -como la llamamos hoy en día- es leche de vaca modificada para adaptarla a los requerimientos del bebé humano. Pero no es un invento químico, como muchas madres creemos.


¿Cuál es el efecto nocivo más fácil de detectar en el organismo humano? El moco. La principal responsable es la caseína, una proteína abundante en la leche de vaca. El moco es la reacción saludable del organismo contra una proteína que no puede incorporar. Por lo tanto, en la medida que incorporamos leche o lácteos, el organismo segrega moco. El resfrío común deriva en dolor de garganta, luego en rinitis, sinusitis, bronquitis, otitis, neumonía, y en todas las infecciones respiratorias con las que conviven los niños durante la infancia.


A pesar de esta abrumadora realidad, los adultos no podemos creer que la leche, la bendita y maravillosa leche, se nos vuelva en contra. Preferimos apegarnos a nuestras creencias en lugar de hacer caso a la sabiduría innata del organismo de nuestros hijos.


¡Todos nuestros niños están repletos de mocos y no estamos dispuestos a relacionarlo con la ingesta de leche! Parece que el miedo al cambio es más fuerte que el acceso a la verdad.

Fuente: Laura Gutman

3 comentarios:

  1. Muy interesante articulo, gracias por compartirlo

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  2. Es increible cómo nos han hecho creer que la leche es mano santa para los pequeños, mayores..y para todos!!Lo peor de todo esk muchos médicos también se lo creen y sin indagar más te recomiendan tres basos de leche al día para tener la cantidad necesaria de calcio en el organismo, cuando está demostradisimo que hay otros alimentos que aportan mayor cantidad de calcio que la leche...y cuando digo mayor me refiero a 300 veces mas..que no es tonteria, un ejemplo seria el sésamo, las hojas verdes, el té ban-cha..
    en fin que hay cantidad de alternativas mucho más saludables que la leche y sin efectos secundarios (mocos en general y en las mujeres crea mucosidades en los ovarios!! ojo!)

    Gracias por el post planeta mamá y bebé!!

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  3. Hola Mar, tienes mucha razón en lo que dices, la indistria de la leche ha crecido tanto que sentimos que sin ella le hacemos mal a los huesos y a miles de cosas... además se ha hecho tan indispensable en cosas sencillas que cuando tuve que quitar los lasteos de mi vida me costó horrores encontrar como desayunar sin mi pan con queso... :) lo bueno es que cada vez más nos vamos informando ya que la información da el poder de decisión.

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