martes, 25 de octubre de 2011

Colecho, lactancia y Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL)

El antropólogo James Mackenna, de la Universidad estadounidense de Indiana, publicó dos estudios en 1997 en la revista Pediatrics. Controló con monitores en laboratorio el sueño de madres dormidas con sus bebés. Se trataba de establecer las diferencias entre los bebés solitarios y los que dormían acompañados. Se registraron las ondas cerebrales (EEG), los movimientos de los ojos, el mentón, tono muscular, la respiración y el ritmo cardíaco. Los movimientos de ambos se registraron mediante una cámara de infrarrojos. Los resultados fueron asombrosos: madre y bebé cuando duermen juntos están  sincronizados, los movimientos y la respiración de cada uno afectan al otro.
Los bebés tienen un patrón de sueño distinto al de los adultos. Presentan más y mayores períodos de sueño ligero llamado REM (en inglés Rapid Eye Movement), caracterizado por movimientos rápidos de los ojos. Hay cuatro niveles diferentes de REM, numerados del 1 al 4. El sueño profundo se produce en los niveles 3 y 4. Los bebés pueden experimentar episodios de apnea que pueden durar hasta 15 segundos pero, si el mecanismo automático de la respiración no se dispara, el niño se despierta y reinicia su respiración sin problema alguno. Esto es fácil si se encuentra en un período de sueño ligero, por ello los bebés no duermen profundamente como los adultos. Necesitan estar alerta para mantenerse vivos.
Según Mackenna, el roce, el movimiento, el sonido de la respiración, la temperatura, el intercambio de gas carbónico y las vocalizaciones del sueño del acompañante del bebé ejercen una influencia positiva.
La sincronización entre los ciclos de sueño mamá-bebé cuando duermen cerca y comparten la misma cama aumenta la presencia de fases REM en ambos, incrementando así la alerta de la madre y la sensibilidad del bebé a cualquier movimiento de su madre, ayudando a disminuir y corregir los episodios de apnea. El SMSL se presenta más en niños varones, con peso inferior al normal, prematuros, y entre los tres y cuatro meses de edad.


Palabras clave


COLECHO: Dormir junto al bebé, compartiendo la misma cama.



COHABITACIÓN NOCTURNA: Cuando el bebé duerme en la misma habitación que los padres pero no en su misma cama.


SÍNDROME DE MUERTE SÚBITA DEL LACTANTE (SMSL): Se cree que es un fallo respiratorio, una incapacidad del bebé para emerger del sueño (profundo, probablemente) y asumir la respiración después de un episodio de apnea.

El medio y el ambiente de crianza podrían tener relación con el SMSL

En los últimos años, el simple acto de cambiar la posición del niño para dormir ha disminuido significativamente la proporción de SMSL. 
En un principio, los expertos decían que era conveniente poner al bebé boca abajo a fin de que no se ahogara con su propio vómito. Pero la baja incidencia del SMSL en relación con la posición supina aconsejó que los padres acostaran al bebé boca arriba. El cambio fue espectacular. En el Reino Unido se produjo una reducción del 90% de los casos entre 1981 y 1992; en Holanda, Australia y Nueva Zelanda la reducción fue de un 50%. En EEUU fue menor, porque este cambio ha sido menos publicitado y menos aceptado. A diferencia de la postura boca abajo, la postura boca arriba favorece el aumento de las fases de sueño ligero, por lo que es más fácil que el bebé se despierte después de un episodio de apnea.

La posición del bebé puede influir y nos ayuda a explicar por qué las culturas no occidentales están menos afectadas por el SMSL. En estas culturas, los bebés duermen con la madre y maman a voluntad durante la noche. La investigación de Mackenna ha demostrado que, cuando la madre acuesta al bebé consigo, siempre lo pone boca arriba. Esta posición le permite darle el pecho y vigilarle con más facilidad; además, el bebé se mueve con mayor libertad. 
La alimentación materna, por sí sola, también protege frente al SMSL, porque la lactancia nocturna frecuente combate la hipoglucemia y asegura que la madre esté atenta. Naturalmente, las madres no eligen la posición supina porque evite el SMSL, sino porque les parece natural. 
Algunos estudios han demostrado que el colecho es una práctica que puede aumentar la incidencia de SMSL, pero sólo en determinadas circunstancias, tales como: 

  • Que la madre sea fumadora y haya fumado durante el embarazo. 
  • Que los padres consuman alcohol o drogas. 
  • Que el colecho se produzca en condiciones de hacinamiento. 

Es difícil globalizar el concepto de que el colecho es una práctica peligrosa cuando se realiza culturalmente en la mayoría de comunidades del mundo con excepción de los países industrializados, aunque era lo habitual hasta el siglo XIX. 

Conclusiones:

Estudios científicos demuestran que el contacto cercano durante el sueño entre el bebé y sus padres tiene beneficios, que incluyen:
  • Despertares sincronizados entre ambos
  • Una mejor estabilidad cardiorespiratoria y oxigenación de los niños
  • Menores episodios de llanto
  • Mejor termorregulación
  • Mayor prevalencia y duración de la lactancia materna
Está científicamente demostrado que la lactancia materna por sí misma es un factor de prevención del SMSL. 
Al facilitar la lactancia materna, el colecho ayuda a prevenir el SMSL. 
El colecho en sí mismo, así como la cohabitación nocturna, sincronizan los ciclos de sueño madre/bebé,  por lo que previenen el SMSL. 
El colecho no aumenta la incidencia de SMSL, salvo quizás en circunstancias muy especiales (madre que fume durante el embarazo y en presencia del bebé, bajo el efecto de drogas o somníferos, en condiciones de hacinamiento). 

Recomendaciones:

En base a los resultados de los estudios citados, es importante que las madres reciban información adecuada que les permita tomar decisiones conscientes y responsables sobre la crianza de sus hijos.
Por ello deberían ser informadas sobre:
Las medidas preventivas del SMSL y de los factores de riesgo potenciales.
Las ventajas del colecho y la lactancia prolongada, siguiendo las recomendaciones de la OMS y la UNICEF.
El hecho de que los bebés no están capacitados para dormir solos hasta que son lo bastante maduros para reaccionar ante un fallo respiratorio durante la fase de sueño profundo.

Apéndice: El sueño en distintas culturas 

La incidencia más baja de SMSL ocurre en los países asiáticos, especialmente en Japón y Hong Kong, donde el colecho está incorporado culturalmente desde antaño. También cabe mencionar la baja incidencia del SMSL respecto al resto de la población en algunas áreas de Londres habitadas por inmigrantes de Bangladesh, que conservan la costumbre de colechar.
Las autoridades de Nueva Zelanda recomiendan oficialmente que, al menos durante el primer año de vida, los niños duerman en la habitación de sus padres, aunque sea en su propia cuna, a partir de los estudios realizados por Mitchell y col. (Lancet 1996; 347:7), que muestran una clara reducción de SMSL en relación con el colecho. 
La mayor tasa de muertes por SMSL se da en Estados Unidos: dos de cada 1000 nacidos con vida (casi uno por hora). Estados Unidos es uno de los países occidentales en los que existe más rechazo cultural hacia la práctica del colecho.

Fuente: albA LM

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