viernes, 21 de enero de 2011

Colecho

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A la práctica de dormir con los hijos se le conoce como colecho. Lo primero que hay que decir al hablar sobre colecho es que no tiene consecuencias negativas para la familia ni mucho menos para el bebé, quien generalmente se siente muy a gusto durmiendo en medio de la seguridad y el calor de las personas que más lo aman.


Una de las ventajas del colecho es que favorece mucho la lactancia nocturna del bebé y  al no tener que pasear al bebé por los pasillos o algo similar también es muy probable que tanto mami como hijo duerman mejor, además de que regula y acompasa los patrones de sueño de la díada madre-hijo.

Que es lo socialmente aceptado?  no es otra cosa que las imposiciones culturales. En Japón por ejemplo es norma y regla que los hijos compartan la cama con los padres, no se concibe de otra manera el hábito de dormir; sin embargo en  culturas occidentales como Estados Unidos se muestra un gran afán por “independizar” al bebé cuanto antes y llevarlo a su propio cuarto, es “de buen gusto” decir “mi hijo duerme solo en su habitación desde  que tenía X meses” y no es socialmente aceptable decir “nuestro hijo duerme con nosotros”.

Les dejo una pequeña reflexión que hace el pediatra Carlos Gonzalez (presidente de la Asociación Catalana Pro Lactancia Materna (ACPAM), autor de  Un regalo para toda la vidaBésame mucho (entre otros) ante la pregunta de una preocupada mamá sobre  que hacer con su hija que ¨no puede dormir solita¨

Eso es lo normal. Hacia los tres o cuatro años suelen aceptar el dormir solos si se les pide educadamente (aunque, por supuesto, ellos preferirían seguir durmiendo con su madres hasta los 10 o 12).Es muy importante que aprendan desde pequeñitos a dormir acompañados, porque así es como solemos dormir los adultos. Imagínate que no aprende a dormir con otras personas, y que cuando sea mayor no se quiere acostar con su marido. ¡Sería terrible! ¡No la conseguirías casar! ¡Tendríais que aguantarla en casa toda la vida! (o meterla monja...)De todos modos, si encuentras que tres en la cama es demasiado incómodo, habrá que sacar a alguien. Se puede usar un criterio de antigüedad (que se vaya quien más tiempo lleve durmiendo en tu cama), un criterio de maduración (que se vaya el más maduro), un criterio de espacio (que se vaya el que haga más bulto), un criterio de contaminación sonora (que se vaya el que ronque más fuerte), o un criterio operativo (que se vaya el que menos llore al sacarle de la cama). Me temo que todos los criterios apuntan hacia tu marido... :-)




Lo de los tres o cuatro años lo baso en experiencia personal, y en haber hablado con otras madres (huy, qué he dicho, si yo no soy una madre... creo que se me está pegando algo) que han practicado el colecho. Me temo que falta por hacer un estudio descriptivo-observacional sobre la duración habitual del colecho en las familias que lo practican.También precisamente por experiencia, en que hay niños que, habiendo dormido solos, es hacia los tres años cuando quieren dormir con su madre. Mi idea personal (sólo una interpretación, probablemente sesgada y basada en datos incompletos) es la siguiente:
1.- Lo biológicamente normal en nuestra especie, lo que ocurría antes de que las distintas culturas impusieran distintas normas, probablemente era que los niños dormían con su madre hasta los 10 o 12 años, y puede que más. Me baso en que los chimpancés duermen con su madre hasta los 5 (y tienen la pubertad a los 7), y en que no logro imaginarme a un niño de menos de 10 años durmiendo sólo y desnudo en el suelo, bajo las estrellas, y sobreviviendo.2.- Vestidos, en una cuna, en una habitación, bajo un techo, evidentemente los niños sí que pueden dormir solos y sobrevivir. El problema es que ellos no lo saben.3.- Hacia los 3 o 4 años, los niños empiezan a comprender que, en efecto, no corren ningún peligro durmiendo solos. Si los padres quieren que duerman solos, y se lo dicen con gracia, pueden convencerlos. Digo por experiencia que preferirían dormir acompañados hasta los 10 o 12, porque más o menos hasta esa edad quieren que les hagas mimitos, que les vayas a arropar, o intentan venir a tu cama ocasionalmente, o aparecen de visita el domingo por la mañana... Los de 15, en cambio, creo que no permitirían tales cosas ni pidiéndoselas por favor.Creo que muchos niños que han dormido con su madre desde el principio, hacia los 3 o 4 se sienten lo bastante seguros para dormir solos sin quejarse mucho.

4.- Este es el punto más polémico, pero también lo creo: pienso que aquellos niños que desde el nacimiento han dormido solos se sienten más inseguros, y que su evolución es precisamente la contraria. Un niño de un año que jamás ha dormido con su madre es incapaz siquiera de imaginar que eso es posible. Nota que le falta algo, pero no sabe el qué. Por eso los libros clásicos de pediatría y puericultura (como el Spock o el mismísimo Nelson) insisten en que «ni una sola noche los admitas en tu cama, porque se acostumbrarán y querrán volver cada noche». ¡Es como descubrir un nuevo mundo de posibilidades! Pero, si no lo ha descubierto antes, hacia los 3 o 4 años probablemente llega a imaginarlo, o a enterarse de alguna manera, y al mismo tiempo tiene más capacidad física para hablar, desplazarse y en definitiva imponer su voluntad. Así que es entonces cuando por fin consigue ir a dormir con sus padres, y luego tardará más en llegar a dormir solo, precisamente porque, al haberle faltado el colecho al principio, se sentirá más inseguro.Desde luego, no es que yo recomiende sacar al niño de la cama a los 3 o 4 años. Como tampoco recomiendo meterlo. Cada familia hará lo que crean conveniente. Lo que quiero es explicar, a aquellas familias que ya lo han metido en su cama (o están pensando hacerlo) que no están haciendo nada malo, que tienen perfecto derecho a seguir así. A quienes preferirían sacar al niño lo antes posible, puedo explicarles que, probablemente, hacia los 3 o 4 años lo conseguirán. Si alguien no ve motivo para sacarlo, y prefiere esperar a que el niño se vaya de puro aburrimiento, también me parece perfecto. Estoy seguro de que todos los niños se irían, tarde o temprano (de esto sí que tengo bibiografía, porque está escrito: «por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne». Eso lo dijo uno que sabía más que Freud, así que no creo que lo discuta nadie :-)Lo de sacar a alguien de la cama, evidentemente era en broma. Nosotros hemos estado la mar de bien tres en la cama, y nadie se tuvo que ir. Lo que pretendo señalar con mi broma es que nuestra sociedad ve perfectamente normal que un adulto de 30 años necesite compañía para dormir, pero no admite que un niño necesite lo mismo. Tanto que los que hablamos de que se vaya el padre lo decimos en broma... pero algunos dicen que se vaya el niño, ¡y lo dicen en serio! Mi mujer me dejó entrar en su cama hace casi 22 años, y todavía no me ha sacado, por lo que le estoy muy agradecido.Por cierto, creo que las necesidades del bebé, la mamá y el papá no son necesariamente incompatibles. Me consta que muchos padres disfrutamos enormemente de esos años en que tenemos niños en la cama. Es algo que más adelante se echa de menos.



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