Embarazo: semana 35

Su cerebro y cabeza ya han alcanzado su tamaño máximo. Tu hijo ha producido 100 billones de neuronas con 100 trillones de conexiones, que le durarán toda la vida. Si tuvieras un parto prematuro a estas alturas, podría sobrevivir sin problemas. Aunque, claro está, cuanto más tiempo esté dentro de tu vientre, más desarrollado y sano estará en el momento de nacer.
En las últimas semanas, tu cuerpo le transferirá a tu hijo inmunidad temporal contra enfermedades infantiles (como las paperas y el sarampión). El bebé estará protegido hasta que le pongas las primeras vacunas.
. El bebé puede empezar a bajar pronto, pues su espacio cada vez es más pequeño y se siente apretujado. Lo que tiene más libre para mover son sus piernas que empujarán en la parte alta de tu útero.
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Medidas: El bebé mide 31 centímetros desde la cabeza a las nalgas y 44 centímetros de longitud total. Ya pesa 2,300 kilos.

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Cambios en la mamá

Es posible que el bebé empiece a encajarse en tu pelvis, con lo que tu barriga estará ligeramente más baja y te costará menos respirar. Este encajonamiento permanecerá hasta el momento del parto y no es un indicador de que éste se vaya a adelantar de fecha. De hecho a las mujeres que ya han tenido hijos previamente, este descenso no sucederá hasta prácticamente el momento del parto. No estés preocupada si aun no ha cambiado de posición, porque a pesar del poco espacio que hay ahora en el útero, desde la semana 35 el feto todavía puede dar varias vueltas antes de nacer.

 Si el bebé está encajado estará haciendo mayor presión sobre tu vejiga por lo que aumentarán los viajes al baño. Con la presión seguramente empezarás a andar con las piernas ligeramente abiertas “andares de pato”.

 Descansa, procura sentirte bien. Al bebé le llegan y le influyen las hormonas que tú generas con tus estados de ánimo. Igual que tú recibes las suyas. Recuerda que el embarazo es una etapa muy importante y adapta tu ritmo de vida a tu estado.

Fuente: CdM