En la sociedad moderna hay una visión deformada del parto normal. La mayoría de las mujeres, ante el temor de que será el peor dolor de sus vidas, no se informan. Sólo quieren y piden que sea lo más rápido posible. Hay conceptos sociales arraigados. Como que la medicina avanzó tanto, porque no hacer uso y en muchos casos abusos de eso.
Pero la realidad es que la mujer esta preparada para parir en estado salvaje, sin intervenciones. En forma natural, armoniosa y amorosa. Un acto de amor profundo que puede ser acompañado por médicos, pero que no debería ser inducido por ellos.
El como parir es una elección, un derecho y sólo se hará con conciencia si hay información. Esa es la única herramienta a la hora de reclamar.
Hablar de partos respetados parecería que es lo que sucede en cualquier clínica privada, pero la realidad es otra. Las instituciones establecen normas e intervienen de forma innecesaria, pero más convenientes, en tiempos y dinero, para ellos.
¿Hay un negocio detrás?, ¿O simplemente no hay iniciativas de cambiar?
Guillermo López Rendón, ginecólogo y obstetra de hace mas de 20 años, trabaja en instituciones privadas y en el Hospital Héroes de Malvinas, en Merlo. Donde atiende junto con su equipo de 15 a 20 partos por día.
-¿Qué es un parto respetado?
- Parto respetado es aquel parto en el cual todo el equipo de salud y toda institución permite que el paciente manifieste en forma natural todas sus necesidades, aún involuntariamente. Porque cuando el útero se contrae, el bebé se desliza por el canal de parto y eso no depende de la mamá, pero mientras uno no actúe sobre algo entendiendo que es fisiológico, por lo tanto, tiene que ser un observador. Ahí esta respetando a una madre.
Los mínimos requisitos para que un parto sea respetado son: escuchar las necesidades de la madre. Si lo desea, dejar que este todo el tiempo acompañada. No someterla a ninguna postura incómoda o impedirle el movimiento. No colocar suero, si no es necesario. No inducir o acelerar el proceso mediante químicos. Que la postura para parir sea elegida por la madre y no impuesta por los médicos. La anestesia debe ser una elección de la paciente, ya que sin ella, el parto también es posible. La episiotomía (corte transvaginal), no debería hacerse en forma sistemática, sólo si es necesaria. Al salir el bebé debe ser puesto inmediatamente al pecho de la madre, ya que, lo ayuda a sentirse mas seguro. No cortar el cordón inmediatamente hasta que este no deje de irrigar sangre, porque sigue dándole nutrientes muy importantes al recién nacido. Si la mamá lo desea puede darle el pecho en ese mismo momento, porque esto le da muchos beneficios a ella y al bebé. A ella le permite eliminar la placenta más fácilmente y aliviar los dolores del post parto y a la criatura, que esta en el momento de más predisposición para succionar, lo ayuda a limpiar el mecoño de su cuerpo. No es necesario enviarlo inmediatamente a neonatología, ni tampoco, colocarle succionadores para sacarle líquido, ya que, fue aplastado como un pomo durante la salida por el canal de parto y ese trabajo lo hizo por si solo. El neonatólogo podría hacerle el control, mientras el recién nacido esta sobre su madre conociéndose y conectándose después de haber pasado por la experiencia mas fuerte de sus vidas.
Esto parece una práctica sencilla y lógica. Pero la realidad indica que las clínicas imponen y estimulan formas que no son necesarias. Sólo son más cómodas para ellos y más rentables.
Igual hay esperanzas de cambiar, teniendo en cuenta que hace menos de 30 años las mujeres eran atadas para parir, la inducción del parto con goteo era una práctica muy habitual y no podían estar acompañadas durante el proceso.
-¿Pero esto, de quién depende?
- Te diría que me parece que es inherente a la falta de auto-respeto de la mujer, porque vos como persona no tenés porque asumir todas las indicaciones del personal de salud y condiciones institucionales. Se perdió el autorrespeto. La mujer dejó de tener gobierno sobre esto y no logra, de alguna manera, condicionar al equipo de salud. Entonces, es muy complicado cuando no hay un sentimiento materno de buscar la información para ver como tienen que ser las cosas. Es muy complicado manejarlo, aún teniendo la convicción que debe ser de otra manera para el bien de ella, porque no esta sólo el paciente, si no, que hay todo una familia detrás que influye. Pero si se entiende el mensaje, puede ser clave entre el fenómeno que existe detrás del parto respetado versus parto intervenido.
-¿Si hay una posibilidad de modificar esto es entre paciente y médico?
- Absolutamente, más que socialmente. Más allá de que hoy tenemos la posibilidad, en la era de la informática, de que la información le llegue a la población. Y esto trae un montón de beneficios, no sólo maternos, si no también institucionales. Estamos hablando, de que no sería tan comercial la cosa, porque no habrían gastos prácticamente. Pero lamentablemente la minoría de los médicos, cuando se jactan de hacer partos humanizados yo pregunto: “¿Cuánto cobras?” y hablamos de cifras increíbles.
-¿Crees que se puede tener un parto respetado en una clínica?
- Es muy difícil porque el parto respetado a nivel institucional empieza desde el ingreso del paciente. Y por ahí pasa la parte comercial. Ofrecen asistencia en un ambiente, que no sea el institucional clásico. Arman un centro, que es muy costoso montarlo y comercializan con eso.
Un estudio de la O.M .S., (Organización mundial de la salud), demostró que en 19 países de América Latina se realizan más de 850.000 cesáreas innecesarias por año. Afirma, además, ésta organización que no puede justificarse que ningún país tenga más de un 10 a 15 % de operaciones cesáreas. La mayoría son programadas. No se espera el nacimiento natural y muchas de ellas son innecesarias. Se practican los viernes previos al fin de semana largo. Muchas dependen de las necesidades de los médicos y no de la realidad de la mujer embarazada.
El doctor López Rendón confiesa no tener muchas cesáreas. Calcula un promedio de 60% de partos naturales y un 40% de cesáreas. Pero confiesa que muchas mujeres le piden que les practiquen una intervención quirúrgica.
-¿A qué crees que se debe?
- Hay una creencia de que el parto natural es más riesgoso que una cesárea. Casualmente ahora tengo una paciente internada, que fue intervenida, al cual, yo califico este cuadro como rechazo materno absoluto al parto normal.
- Es un momento donde la madre tiene que poner toda su fuerza para parir en forma natural ¿Si la sometes a eso, le puede ser muy perjudicial a ella y al bebé?
Ese es un punto clave del parto respetado. Michell Odent, obstetra e investigador, hace un estudio del parto respetado. De lo que implica psicosomáticamente para una mujer el trabajo de parto y el puerperio. Se sabe que debe estar muy íntegra en su esfera psíquica para atravesar este momento.
Cuando se cuida esta instancia, a través de cómo te sentís y cómo te gustaría estar en este momento. No con las piernas atadas, no poniéndole algo para acelerar el parto, no exigiéndole que no grite. Si no, dejándola expresarse. Es clave en la evolución de la mujer, para que ella se permita desprender naturalmente algo que se metió en su cuerpo y que es difícil entender.
El parto no es una enfermedad, no es una apendicitis donde no hay elección. La mujer tiene derechos y opciones, por lo tanto, debe reclamarlos. Los cambios son posibles, pero depende de modificar las conciencias de todos. Cambiar la mirada y empezar a sentir que ese momento no será de agonía, dolor y angustia. Si no, todo lo contrario. Puede ser algo mágico y único. La elección es posible. Y en un futuro, una vez desarraigadas todas las creencias falsas, quizás, hasta los hospitales públicos ofrezcan un parto más humanizado. La evolución mental podría hacer que para las generaciones futuras parir no esté relacionado con sufrir.
Entrevista realizada en Buenos Aires, por una querida amiga, Ludmila Pacholuk al Doctor Guillermo López Rendón.
muy cierto...
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